Alumnos del IPEM piden información y plazos para la ejecución de las aulas
Representantes de los estudiantes del IPEM 317 tomaron la palabra durante la reunión de trabajo en comisión del Concejo para detallar los principales problemas que enfrenta la institución. El Reclamo estudiantil en el Concejo de Mendiolaza fue acompañado por docentes y familias del IPEM 317 se acercó el lunes 3 de junio al Concejo Deliberante para volver a pedir que se terminen dos aulas que llevan años sin concluirse. El reclamo empezó con sentadas y protestas en la calle, y fue tomando forma con notas, pedidos de informe y reuniones formales. El secretario de Coordinación, casualmente presente en el recinto, aseguró que los fondos para iniciar la obra ya están, pero que hubo que rehacer los planos y toda la documentación técnica porque lo que figura como construido no coincide con la realidad. Por eso, las obras no empezarían hasta julio. Mientras tanto, las clases siguen en aulas modulares provisorias, que según alumnos y docentes no están en condiciones para funcionar como espacios escolares.
Demandas por condiciones básicas
En su intervención, los jóvenes señalaron “Nosotros venimos en representación de la mayoría de nuestros compañeros y diría que la mayoría de nuestro colegio, que están de acuerdo con nuestros reclamos.” A su vez comentaron que las aulas provisorias no cuentan con las condiciones adecuadas: “Desde febrero estamos con las aulas modulares, que son muy pequeñas, tienen goteras y no son aptas para estudiar”. El alumno que tomó la palabra también planteó la necesidad de conocer una fecha concreta para la finalización de las obras: “Nosotros ya muy seguramente no las vamos a ver, pero venimos a pedir que nos digan cuándo se van a terminar esas aulas”.
El grupo de estudiantes también describió otras problemáticas vinculadas al estado del edificio, especialmente la limpieza y los olores de la cámara séptica que se filtran en las aulas. “El olor sigue estando, sigue inundando el patio. Hay veces que nos han hecho cambiar de curso porque no se puede estar. Supuestamente habían dado una respuesta y la respuesta no funcionó. El olor sigue estando, y sigue inundando el patio”, afirmaron.
Una de las notas presentadas, firmada por familias del curso 6° A Turno Tarde, señala que “los estudiantes toman clases en contenedores, pequeños e incómodos, con ventanas rotas y si llueve les pasa agua”. También denuncian que “los baños son insuficientes para la cantidad de alumnos y hay mal funcionamiento de las cloacas”, lo que agrava la situación sanitaria. En este punto, Lucía Roselli ex directora del IPEM, presente durante la comisión, señaló que los baños son suficientes pero necesitan ser reparados.
El problema no es nuevo. La historia del conflicto se remonta a 2019, cuando el Ministerio de Educación de la Provincia autorizó la apertura de una nueva sección con la condición de ampliar la infraestructura escolar. A través del programa Aurora, se acordó la construcción de nuevas aulas con financiamiento compartido entre Nación, Provincia y Municipio. Las obras se iniciaron, pero la pandemia interrumpió el proceso. Durante varios años se sostuvo la presencialidad con burbujas y horarios reducidos, pero al volver a la normalidad, el edificio resultó insuficiente. A comienzos de este 2025 llegaron dos aulas modulares como solución provisoria, pero la comunidad educativa advirtió que no cumplían con los estándares necesarios. Desde la apertura en 2020 de una nueva sección, el alumnado pasó de 401 alumnos a 550 y sin nuevas aulas finalizadas, lo que motivó sentadas, reclamos públicos y ahora también pedidos institucionales.
Los docentes que participaron de la reunión describieron que los módulos actuales son estructuras metálicas no pensadas para grupos numerosos. “El piso cruje, hay goteras, no hay espacio y las condiciones térmicas son extremas: mucho calor o mucho frío, según el día. Están pensadas para 15 personas, y tenemos cursos de más de 30”, explicó uno de los profesores. También señalaron que el patio donde se instalaron los módulos ya era reducido y que la disposición de estos módulos no queda lugar de recreación para los más de 550 alumnos que asisten a la institución.
El secretario de Coordinación detalló los motivos del atraso en la obra
El eje fundamental del reclamo de la comunidad educativa del IPEM estuvo centrado en obtener respuestas concretas sobre los plazos para la realización de la obra, ya que hace dos meses que el municipio cuenta con parte del presupuesto necesario para avanzar. Sobre este punto, el nuevo secretario de Coordinación del municipio, Javier Masuero, brindó una explicación técnica sobre el estado de la obra y los motivos por los cuales todavía no se retomaron los trabajos.
Masuero, quien se encontraba en el recinto para informar a los ediles sobre otro tema, detalló que al momento de recibir los fondos provinciales —35 millones de pesos— se encontró una discrepancia entre la certificación oficial previa y el estado real de avance. “Había una certificación que hablaba de un 65% de obra ejecutada, pero nuestra verificación muestra que no supera el 40%. Eso puede corroborarlo cualquier arquitecto o ingeniero”, explicó.
A raíz de ese diagnóstico, la Municipalidad decidió rehacer el plano y actualizar toda la documentación técnica para poder contratar una empresa con información precisa sobre lo que falta construir. “Si sacamos una licitación con datos erróneos, después la empresa no puede trabajar y se traba todo el proceso. Lo que estamos haciendo es ordenar esa información para que cuando se inicie la obra, pueda finalizarse sin interrupciones”, sostuvo Masuero.
Aclaró también que el dinero no ha sido utilizado y permanece en una cuenta bancaria específica. “Esos fondos no pueden tocarse para otros fines. Son fondos provinciales que nosotros sólo administramos. No hay ninguna malversación ni desvío. Cualquier vecino puede verificar que los 35 millones están en la cuenta”, aseguró.
Además, Masuero confirmó que la intención del Ejecutivo es priorizar la finalización de las aulas del IPEM 317. “Tomamos la decisión de avanzar con esa obra como prioridad. También está el aula del Jardín que está dentro del mismo programa Aurora”, indicó. Como gesto adicional, anunció que abrirá un canal de comunicación directo con la comunidad educativa para mantener informados a los docentes, alumnos y familias sobre cada avance.
En materia de plazos Masuero señalo que se había previsto un plazo estimado de 120 días “Si tomáramos el mes de julio como inicio, sería que estamos en el mes 7, y nosotros para el mes 11 deberíamos estar terminando las obras de esas aulas”, indicó el funcionario
Pedido de informe y reclamos institucionales
La concejal Melina Catraro, integrante del bloque Hacemos Unidos por Córdoba, presentó un pedido de informe formal dirigido al Ejecutivo, en el que solicitó información precisa sobre los fondos anunciados el pasado 7 de abril para la finalización de las aulas del IPEM 317. El pedido menciona también la publicación oficial realizada por la intendenta en la cuenta de Instagram del Municipio, en la que se confirmaba la llegada del dinero y el inicio de las obras.
En su presentación, Catraro reclamó que el Concejo no cuenta con “información contable y financiera actualizada” sobre el destino de los fondos y advirtió que “no hay llamado a licitación ni movimiento de materiales que indiquen el inicio de la obra”. El pedido solicita al Ejecutivo que informe en un plazo de cinco días hábiles si los fondos efectivamente fueron recibidos, el monto total, si hubo uno o más desembolsos, el carácter reintegrable o no de esos fondos, la modalidad de rendición, los plazos de ejecución previstos y la fecha estimada de finalización de los trabajos.
Durante la Comisión, aunque no hubo una respuesta formal por parte del Ejecutivo y el Concejo todavía no ha dispuesto su tratamiento en comisión, Masuero respondió parte de los puntos en su intervención y confirmó que el inicio de obra se espera para julio, una vez concluido el nuevo relevamiento técnico y el correspondiente llamado a licitación.
