Obstáculos para auditar pensiones por discapacidad
Quienes reciben pensiones no contributivas por discapacidad están siendo convocados a una revisión médica. Algunos deben viajar de Mendiolaza a La Calera, y la cita es obligatoria, pero no siempre hay atención médica y el trámite no garantiza resolución en el lugar.
Un viaje costoso y sin garantías
Miriam Abt, vecina de Mendiolaza, relató su experiencia al asistir con su hija —quien tiene síndrome de Down— a la revisión médica exigida por el gobierno nacional para mantener la pensión por discapacidad. La citación indicaba un día y horario específicos en el centro de jubilados de La Calera, pero al llegar, se encontró con que los días lunes y martes no había médicos atendiendo.
“Me dijeron que si no iba hasta el viernes me sacaban la pensión, como si no me hubiera presentado”, relató Miriam en Mañanitas de Mendiolaza por la 102.7 FM Demendiolaza. En su caso, pudo trasladarse en auto, pero remarcó que otros vecinos dependen de dos colectivos para llegar, lo que complica aún más la situación.
El “control médico” que no examina
La entrevista reveló además lo que para muchos beneficiarios resulta un sinsentido: la revisión no consiste en una evaluación médica real. “El médico no la revisó, solo vio los papeles. Ni siquiera se los quedó: después hay que enviarlos por correo o por plataformas digitales”, explicó.
Incluso cuando el diagnóstico es una discapacidad irreversible, como el síndrome de Down, y pese a que el Estado nacional dispone de toda la información que confirma su condición, las personas deben presentarse presencialmente. “No hubo ninguna constatación médica que justificase haber ido hasta allá”, aseguró Miriam.
Viajar de Mendiolaza a La Calera
