Mendiolaza en Recobremos la memoria

Las voces silenciadas

La historia de los pueblos no sólo se escribe con los grandes acontecimientos nacionales, sino también con las pequeñas memorias de sus habitantes. Puede encontrarse un registro de lo sucedido durante los años de la represión en Sierras chicas, y también en Mendiolaza en Recobremos la Memoria, el libro escrito por Adriana Spila y Mónica Videla, y en su complemento audiovisual, dirigido por Sebastián Rodríguez. Este proyecto surgió a partir de una investigación periodística impulsada por el periódico local Ñu Porá y ha permitido dar voz a familiares que, durante décadas, han mantenido un doloroso silencio.

El documental será proyectado este domingo 23, a las 20:30, en la Capilla de Río Ceballos, en el marco de las conmemoraciones del Día Nacional de la Memoria.

Testimonios en Mendiolaza

Irma Fuentes. Imagen extraída del documental de Sebastian Rodríguez. Mendiolaza en Recobremos la memoria

En Córdoba, el Navarrazo y la posterior intervención decidida por el gobierno nacional anticipó dos años las formas de la represión que caracterizarían a la dictadura que inició en 1976.

Irma Fuentes de Salis y sus cuatro hijos de 14, 15, 16 y 17 años fueron secuestrados por la Triple A el 31 de julio de 1975.  Recobremos la memoria recoge el testimonio de ella y de su único hijo varón, Antonio.

“Mi madre trabajaba de empleada pública en el gimnasio Güemes. Y una noche, cuando salíamos a las 9 de la noche, nos levantó un Falcon. Y a los 5 minutos levantaron a dos hermanas más. Ya habían allanado mi casa y habían detenido a mi otra hermana. Mis hermanas tenían 14, 16 y 17 años. Esta última estaba embarazada y tuvo su hijo en la cárcel. En un comienzo fuimos llevados al Cabildo. Fue una película de terror. Nos hicieron el famoso submarino seco, la mojarrita, picana. Tenían una heladera en cortocircuito y nos hacían agarrar en trencito a todos. A pesar de que tenía 15 años, nos golpeaban como grandes – recuerda Antonio –  Estuvimos diez o quince días en la D2 y después nos fueron distribuyendo a distintos lugares de menores”.

Tras su paso por el centro clandestino de detención D2, Irma fue trasladada primero a la Penitenciaría San Martín y luego a la cárcel de Devoto, donde sufrió golpizas, aislamiento y represalias por su actitud desafiante ante los represores. A pesar del horror, nunca dejó de enfrentar a sus captores con palabras y resistencia. Durante años, no supo nada de sus hijos.

Finalmente, tras la Guerra de Malvinas, fue liberada en 1982, reencontrándose con una familia desmembrada. “Nos destruyeron. Somos una familia desunida porque ni nos conocemos. Anduvimos unos por un lado y otros por otro”, explica Antonio.

 

Un trabajo de reconstrucción colectiva

Mónica Videla y Adriana Spila, autoras del libro.  Mendiolaza en Recobremos la memoria

El libro y el documental Recobremos la Memoria surgieron en el marco de los 30 años de la recuperación democrática en Argentina. Fue entonces cuando Spila y Videla decidieron emprender una investigación profunda sobre la memoria histórica en la zona comprendida entre La Calera y Jesús María. Durante dos años, recopilaron testimonios de familiares de desaparecidos, logrando reconstruir 20 historias que conforman la columna vertebral de esta obra.

El proceso no fue sencillo. La tarea implicó recorrer cada pueblo, contactar a familiares, realizar entrevistas y recolectar documentos. En muchos casos, el dolor del pasado aún estaba latente, y los testimonios de las víctimas y sus allegados convirtieron la experiencia en un proceso emocionalmente desafiante tanto para las investigadoras como para los jóvenes que participaron en la producción del documental.

“Lo que más me impactó fue que estos chicos no tenían idea de nada, no tenían la más mínima información de todo esto que había pasado en las Sierras Chicas y en el país”, relató Spila en una entrevista. Para ellos, escuchar de primera mano los relatos de desapariciones forzadas, detenciones ilegales y violencia estatal fue un descubrimiento revelador y estremecedor.

El documental de 45 minutos, diseñado con formato televisivo, ofrece una selección de fragmentos de entrevistas, archivos históricos y material audiovisual. Incluye testimonios de familiares y supervivientes que narran, en primera persona, los horrores de la dictadura en sus propias comunidades. A diferencia del libro, donde los relatos están presentados con mayor profundidad y contexto, el documental ofrece una mirada visualmente impactante y accesible para nuevas generaciones.

El silencio como herencia y el poder de la memoria

Operativo en Río Ceballos. Imagen extraída del documental de Sebastian Rodríguez. Mendiolaza en Recobremos la memoria

Uno de los aspectos más significativos del trabajo de Spila y Videla es su capacidad para evidenciar el peso del silencio en los pueblos pequeños. En comunidades donde “todos se conocen”, el miedo y la represión no sólo se manifestaron en la persecución estatal, sino también en la indiferencia o el rechazo de vecinos y allegados.

“Hay muchas personas que, aun viviendo en la misma cuadra de un desaparecido, nunca hablaron del tema”, comentó Spila. Uno de los casos que ejemplifica esta situación es el de una maestra de escuela en Salsipuedes, cuyo esposo y hermano fueron desaparecidos. Durante 30 años, nunca mencionó su historia ni en su círculo personal ni en el ámbito laboral.

A pesar del impacto emocional del proyecto, la recepción por parte de los familiares ha sido positiva. Muchos de ellos participaron en proyecciones y presentaciones del documental, encontrando en esta iniciativa una oportunidad para reivindicar la memoria de sus seres queridos. “A ellos les gusta estar porque es parte de su vida”, enfatizó Spila.

Este trabajo también ha sido reconocido por el Ministerio de Educación, que lo ha incorporado en el ámbito escolar para su difusión entre los más jóvenes. Las proyecciones en escuelas han generado preguntas y reflexiones entre los estudiantes, quienes, en muchos casos, descubren que la historia del terrorismo de Estado afectó directamente a familias de su propia comunidad.

Un compromiso con la verdad y la memoria

Portada del libro. Mendiolaza en Recobremos la memoria

Recobremos la Memoria no es sólo un libro ni sólo un documental; es un ejercicio de justicia y reparación simbólica. Al rescatar estas historias del olvido, Spila, Videla y Rodríguez han logrado construir un puente entre el pasado y el presente, invitando a reflexionar sobre la importancia de recordar para no repetir los errores de la historia.

El documental continúa proyectándose en diversos espacios, y está disponible en línea a través del periódico Ñu Porá. Además, se siguen organizando encuentros para debatir sobre la memoria y los derechos humanos, especialmente en ámbitos educativos.

“La memoria tiene que estar siempre presente. Porque los pueblos que no tienen memoria no pueden ver. Si no miramos para atrás, no podemos ver hacia adelante”, concluye Spila.

 

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